La era del branding millennial está llegando a su fin.
Por años, el aesthetic y la obsesión por colores neutros fueron la norma.
Pero el mercado está cambiando y estas marcas están perdiendo relevancia.
¿Qué definió esta estética y hacia dónde vamos ahora? 🧵👇
En los últimos años, vimos una explosión de marcas que seguían una misma fórmula:
1/ La estetización de lo cotidiano.
Las marcas millennial transformaron productos comunes en objetos de deseo a través del diseño.
Skincare, muebles, menaje de concina, maletas… todo se convirtió en una experiencia visualmente atractiva.
2/ Neutralidad visual y exceso de armonía.
La identidad gráfica se basaba en colores neutros, tipografías sans-serif amigables y packaging minimalista.
Todo pensado para ser perfectamente "instagrameable".
3/ El branding como un personaje “demasiado humano”.
El tono de voz se volvió exageradamente cálido y amigable.
¿Por qué esta estética está perdiendo fuerza?
Lo que hizo a estas marcas exitosas ya no es suficiente.
- No tenían una idea central, más allá del diseño.
- Lo que antes era moderno, ahora se siente prefabricado. La sobreutilización de esta estética la vuelve genérica. Si todas las marcas lucen iguales, ninguna destaca.
- Las personas buscan experiencias más expresivas y menos uniformes.
Los consumidores ya no buscan marcas solo bonitas.
Quieren personalidad, autenticidad y un punto de vista fuerte.
El branding se mueve hacia lo dinámico y expresivo.
Las marcas que intenten seguir la estética millennial como fórmula segura, corren el riesgo de verse genéricas y desactualizadas.
Pero hay algo más profundo en este cambio:
Quién está tomando las decisiones.
Los millennials que crecieron viendo y consumiendo esta estética hoy son quienes dirigen departamentos de branding, arte y marketing.
Ahora que tienen el poder de decidir sobre la identidad de las marcas, muchos siguen anclados en la estética que los marcó.
Y aquí está el problema:
Lo que te parece moderno no siempre conecta con la audiencia actual.
Si sigues viendo el branding millennial como referencia, puedes terminar con una marca predecible o forzada.
El reto no es sólo cambiar la estética, sino la mentalidad detrás del branding.
Las marcas que entiendan que el branding ya no es estático, sino un ecosistema en movimiento, serán las que sobrevivan.
Las que se aferren a la estética que una vez funcionó, corren el riesgo de quedarse atrapadas en una burbuja generacional.
Pero esto no significa que todas las marcas deban abandonar esta estética de inmediato…
El branding no es seguir tendencias, sino entender a tu audiencia y conectar con ella de forma auténtica.
No se trata de cambiar de imagen cada vez que algo se pone de moda, sino de construir una identidad que trascienda.
Las marcas más fuertes no son las que siguen cada rebranding, sino las que logran ser atemporales.
¿Tu marca está construida para destacar hoy… o para perdurar en el tiempo? 🤔
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