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La procrastinación NO es ser flojo.
Tiene una causa poderosa que domina en tu cerebro.
Aquí te digo todo lo que tienes que saber y cómo superarlo. 👇🏻
Imagina por un momento que tu cerebro es un centro de mando, lleno de botones, palancas y pantallas.
Cada una controlando diferentes aspectos de tus emociones, decisiones y respuestas físicas.
Cuando decides "hacerlo mañana" y caes en la procrastinación, es como si accidentalmente presionáramos el botón rojo grande etiquetado
"ALERTA: Estrés".
Este botón desencadena una cascada de reacciones en nuestro cuerpo.
Primero, se libera una oleada de hormonas del estrés, como el cortisol, conocido por muchos como la hormona del "lucha o huye".
Estas hormonas preparan a tu cuerpo para enfrentar una amenaza inmediata.
Pero en la realidad de la procrastinación, no hay un tigre al que enfrentarse; sólo hay tareas pendientes y el peso de tus expectativas y temores.
Aquí es donde las cosas se complican.
Ese flujo de hormonas del estrés, en lugar de ayudarte a luchar o huir, empieza a afectar tu cuerpo.
Tu sistema inmunológico puede debilitarse, haciéndote más susceptibles a enfermedades, y perturbar tu paz mental y física.
Pero, ¿por qué presionas ese botón rojo en primer lugar?
La respuesta es simple pero compleja:
La procrastinación es una cuestión emocional.
Tu cerebro está programado para buscar la recompensa y evitar el dolor o el miedo.
Cuando enfrentas una tarea que parece desagradable, difícil o que despierta tu miedo al fracaso, al juicio o incluso al éxito, el cerebro prefiere optar por actividades que nos ofrecen gratificación inmediata o al menos que te alejan de esa sensación de malestar.
Es un poco como cuando evitas pasar por una calle oscura y prefieres tomar un camino más largo, pero iluminado y seguro.
Sólo que, en este caso, el camino "seguro" es la procrastinación.
Y cada vez que optas por este camino, fortaleces la asociación en tu cerebro entre la tarea evitada y el sentimiento de alivio que viene de evitarla.
Así, entras en un ciclo vicioso: cuanto más procrastinas, peor te sientes; y cuanto peor te sientes, más procrastinas.
Ahora, para pasar de la Motivación a la Acción, necesitas cambiar tu mentalidad para poder cambiar el juego.
Y aquí va una verdad que podría no gustarte al principio:
La motivación no es la chispa que inicia la acción, es al revés.
Esperar a sentirte motivado para empezar es como esperar a que llueva en el desierto para plantar un árbol.
En cambio, adopta la mentalidad de un profesional.
Comprométete, establece un horario y cumple, incluso cuando no tengas ganas.
Una vez claro esto, puedes empezar a tomar medidas que te saquen poco a poco de la procrastinación.
Veamos:
✨ No todas las metas valen tu sudor.
Estudios muestran que es más probable procrastinar en objetivos que no sentimos como propios.
El antídoto es elegir metas significativas, motivadas internamente y alineadas con tus valores.
✨ Si no está en tu calendario, no existe.
Trata tus tareas como citas ineludibles.
Usa la fórmula "Si X sucede, entonces haré Y" para automatizar buenos hábitos.
✨ Encuentra tu gran porqué.
Suena cliché, pero es cierto.
Cuando tus metas tienen un propósito convincente detrás de ellas, empezar será más fácil.
Con un porqué lo suficientemente grande, estarás listo para mover montañas.
✨ Visualiza tu Éxito.
A veces es difícil empezar porque la meta parece estar a años luz.
La solución es visualizar vívidamente el resultado deseado.
Crea una película mental tan convincente que no puedas evitar tomar acción.
twitter.com/weplash/status/1743188162011365447?s=20
✨ Usa la resistencia como brújula.
La resistencia es como una alarma interna que se activa frente a tareas importantes, alimentada por el miedo.
Y no afecta a todas las tareas igualmente; las más significativas generan más resistencia.
Si algo te intimida mucho, probablemente sea porque realmente importa.
En lugar de huir, usa esa resistencia como una señal: indica que estás frente a algo valioso.
Reconócela, reflexiona sobre su origen, y luego úsala como motivación para enfrentar justo eso que te desafía.
✨ Prepara a tu Yo Futuro para el Éxito.
Esto significa planificar con anticipación, imaginando qué necesitarás o qué podría detenerte.
Y luego tomar medidas hoy para que esos desafíos simplemente desaparezcan mañana.
Esto podría ser desde organizar tu espacio de trabajo para la próxima tarea, hasta planificar tu día con antelación, reduciendo así las decisiones que tendrás que tomar y los esfuerzos que necesitarás.
Es un acto de cuidado propio que asegura que el tú del mañana tenga el camino despejado para lograr sus objetivos con menos esfuerzo y más eficiencia.
Recuerda, la procrastinación siempre se siente bien en el momento, pero te prepara para el fracaso a largo plazo.
Piénsalo de esta manera, ¿y si en lugar de ver el miedo como tu enemigo, lo ves como un aliado?
Después de todo, el miedo es una señal de que estás a punto de hacer algo grande, de salir de tu zona de confort.
Así que, la próxima vez que sientas miedo o resistencia hacia una tarea o meta, pregúntate:
¿Qué grandiosidad estoy evitando?
La respuesta a esa pregunta, podría estar la clave para desbloquear tu verdadero potencial. 😎